Sistema nervioso simpático: funciones


Cuando nos asustamos, nos ponemos nerviosos o sentimos un subidón de energía repentino, hay una parte de nuestro cuerpo que está trabajando a toda velocidad para ayudarnos a reaccionar: el sistema nervioso simpático. Este sistema forma parte del sistema nervioso autónomo y se encarga de preparar al cuerpo para actuar en momentos de estrés o emergencia. Aunque muchas veces no seamos conscientes de ello, este sistema regula funciones esenciales como el ritmo del corazón, la respiración o incluso cómo se dilatan nuestras pupilas.
En esta lección de unPROFESOR vamos a explicarte cuáles son funciones del sistema nervioso simpático y por qué es tan importante en nuestro día a día.
¿Qué es el sistema simpático?
Antes de entrar a detallar las funciones del sistema nervioso simpático, vamos a conocer qué es. El sistema nervioso simpático es una parte muy importante del sistema nervioso autónomo, que, como su nombre indica, se encarga de muchas funciones automáticas de nuestro cuerpo, es decir, aquellas que no controlamos de forma consciente, como el ritmo del corazón, la respiración o la digestión.
Dentro del sistema nervioso autónomo, existen dos grandes “equipos” que trabajan juntos pero con funciones opuestas: el simpático y el parasimpático. El sistema simpático se activa especialmente en situaciones en las que el cuerpo necesita reaccionar con rapidez, como cuando estamos en peligro, sentimos miedo, estamos bajo mucho estrés o tenemos que actuar de forma repentina.
Por decirlo de forma sencilla, el simpático es como el botón de emergencia del cuerpo: cuando se enciende, todo se prepara para defendernos o escapar. Por eso, también se le conoce como el responsable de la famosa respuesta de "lucha o huida".

¿Cuáles son las funciones del sistema nervioso simpático?
El sistema simpático cumple muchas funciones en nuestro día a día y no todas tienen que ver con momentos de peligro. Está activo cada vez que necesitamos estar alerta, concentrados o físicamente preparados para una acción rápida. Estas son algunas de las principales funciones del sistema nervioso simpático:
- Aumentar la frecuencia cardíaca: El corazón late más rápido para que llegue más oxígeno y nutrientes a los músculos y al cerebro.
- Dilatar los bronquios: Los pulmones se abren más para dejar entrar más aire. Esto mejora la oxigenación de todo el cuerpo.
- Dilatar las pupilas (midriasis): Así entra más luz en los ojos y podemos ver mejor, sobre todo en situaciones de poca iluminación.
- Movilizar energía: El hígado libera glucosa (azúcar en sangre) para dar un empujón de energía inmediata.
- Detener las funciones no urgentes: Como la digestión, la producción de saliva o la micción (orinar). En ese momento, el cuerpo considera que no es una prioridad.
- Activar las glándulas sudoríparas: Esto nos permite regular la temperatura corporal si la situación implica esfuerzo físico.
- Contraer los vasos sanguíneos en ciertas zonas y dilatarlos en otras: Así, se prioriza el envío de sangre a los músculos importantes y se reduce en lugares que no se necesitan en ese momento, como el sistema digestivo.

¿Cómo funciona el sistema simpático?
El sistema simpático tiene su origen en una parte de la médula espinal que se extiende desde la parte alta del pecho hasta la zona lumbar. Desde ahí, unas neuronas llamadas preganglionares envían señales hacia unos centros de conexión llamados ganglios simpáticos, que están organizados en forma de cadena a lo largo de la columna vertebral.
Una vez que esa señal llega al ganglio, otra neurona llamada postganglionar recoge la información y la envía directamente al órgano que debe activarse. Este mensaje se transmite a través de sustancias químicas (neurotransmisores), como la acetilcolina en la primera parte del camino, y la noradrenalina o adrenalina en la segunda.
¿Y qué pasa en el cuerpo cuando se activa esta cadena? Se desencadenan una serie de respuestas que nos permiten estar más alerta, tener más fuerza, ver mejor, respirar más rápido y reaccionar con mayor velocidad. Básicamente, el cuerpo se pone en "modo supervivencia".
En esta otra lección te descubrimos las partes del sistema nervioso. Y en este vídeo que te dejamos, nuestra profesora te explicará con detalle qué es el sistema nervioso:

Reacciones que provoca el sistema simpático cuando se activa
Cuando este sistema se enciende, el cuerpo entra en un estado de alerta máximo. A continuación te explicamos algunas de las principales reacciones que puedes notar o que ocurren sin que te des cuenta.
El corazón se acelera
Esto es de lo primero que notamos. El cuerpo necesita que la sangre se mueva más rápido para llevar oxígeno y energía a donde más se necesita: músculos y cerebro.
La respiración se hace más profunda y rápida
Los pulmones se dilatan, entra más aire y el oxígeno viaja a través de la sangre con más eficiencia. Es una forma de “superoxigenarnos”.
Las pupilas se dilatan
La midriasis permite que entre más luz en los ojos. Esto mejora la visión, sobre todo si estamos en un lugar oscuro o tenemos que identificar rápidamente una amenaza.
Se detienen procesos como la digestión o la producción de orina
En ese momento, no tiene sentido gastar energía digiriendo la comida. Por eso, el estómago y los intestinos frenan su actividad. Lo mismo ocurre con la vejiga: no es momento de ir al baño.
La piel se eriza (piel de gallina)
Este fenómeno es una herencia evolutiva. En los animales, erizar el pelo los hacía parecer más grandes ante un enemigo. En los humanos queda como un reflejo que ocurre con el frío o con el miedo.
Se libera adrenalina y noradrenalina
Estas hormonas aumentan el estado de alerta, mejoran el rendimiento físico y preparan el cuerpo para un esfuerzo máximo.
Tensión muscular
Los músculos se preparan para la acción. Se tensan, como si estuvieran a punto de moverse o saltar. Por eso, en situaciones de estrés, a veces sentimos rigidez o incluso dolor muscular.
Se bloquean las erecciones o el deseo sexual
Aunque el sistema simpático también participa en las funciones sexuales como la eyaculación o el orgasmo, si estamos en un momento de peligro o tensión, el cuerpo “desactiva” el deseo porque no lo considera prioritario.
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- Armario, P., del Rey, R. H., & Ribas, M. A. (2001). Papel del sistema nervioso simpático en la etiopatogenia de la hipertensión arterial. Hipertensión y Riesgo Vascular, 18(7), 327-335.
- Navarro, X. (2002). Fisiología del sistema nervioso autónomo. Revista Neurológica, 35(6), 553-562.